Fiebre
Se puede decir que la fiebre es una hipertermia controlada. ¿Es la fiebre, también llamada pirexia, un amigo o un enemigo? Esta es la cuestión que vamos a discutir y la respuesta será probablemente sí para ambas preguntas. La fiebre rara vez es peligrosa, pero la fiebre persistente puede tener consecuencias fatales.
La fiebre no es una enfermedad en sí misma, sino una condición. Es la propia defensa del cuerpo y afecta el sistema inmunológico. Se dice que el sistema inmunológico funciona mejor a 39°C y que se produce un aumento en la producción de anticuerpos. La fiebre también aumenta la circulación sanguínea y esto nos permite eliminar agentes patógenos e influir en las condiciones de vida de los microorganismos perjudiciales.
Las sustancias que producen fiebre se llaman “pirógenos”. Los pirógenos afectan al centro termorregulador, al que llamamos hipotálamo, de manera que en él se fija un nivel de temperatura más alto. Las bacterias, virus y toxinas de ciertos agentes infecciosos actúan desde el exterior y liberan pirógenos exógenos.
Ciertas reacciones químicas y daños en los tejidos del cuerpo pueden también liberar pirógenos, conocidos en este caso como “pirógenos endógenos”. Ejemplos de esto serían ciertas reacciones inflamatorias y ataques cardíacos.
La fiebre puede ocurrir de muchas maneras. Existen varios estados febriles que tienen patrones distintivos.
Son los que detallamos a continuación:
Enfriamiento
Un paciente puede experimentar temblores debido a que el “termostato” del cerebro es puesto repentinamente a un alto nivel. La temperatura de la sangre no coincide con el nivel alto del “termostato” y es entonces cuando se inician automáticamente estas reacciones, ya que la temperatura corporal debería estar en concordancia con el nivel del “termostato”.
Una persona con fiebre puede sentir frío y el cuerpo se encarga de producir calor. El paciente tendrá escalofríos, tiritará y adoptará una postura encogida aun llevando ropa de abrigo. Cuando la temperatura corporal alcanza el nivel del termostato, la contracción muscular, la producción de calor y los escalofríos desaparecen.
Los temblores o escalofríos son una experiencia desagradable tanto para el paciente como para el cuidador. La toma de temperatura debe hacerse durante el episodio y posteriormente, y debe observarse cuidadosamente la naturaleza y duración del mismo. Se informará al médico para diagnóstico y tratamiento.
Convulsiones Febriles
Las convulsiones febriles pueden aparecer en estados febriles de 40°C a cualquier edad. Con más frecuencia en niños pequeños, pero esta tiende a disminuir a partir de los 3 años. Un ataque puede ser abrumador y, a menudo, se presenta en forma de contracción involuntaria de los músculos. Las convulsiones febriles son generalmente inofensivas y tienen buen pronóstico.
No todos los niños con fiebre alta convulsionan, y con frecuencia se discute el por qué no todos las sufren. Se piensa que pueda deberse a un centro termorregulador inmaduro o que pueda ser hereditario. De cualquier manera, incluso siendo una afección inofensiva, es una señal de que el niño sufre un proceso patológico. Por tanto, habrá que ponerse en contacto con el médico para que descarte posibles infecciones graves. Es habitual que también se examine al niño para descartar epilepsia.
Además de convulsionar o padecer espasmos, el niño puede sufrir dificultad respiratoria, la piel puede volverse azulada (cianosis), puede estar inconsciente, tener la mirada perdida o presentar secreciones espumosas en la cavidad oral.
Insolación
La insolación se produce cuando existe un fallo total de la regulación del calor. El cuerpo recibe más calor del que es capaz de eliminar. Si la temperatura se eleva por encima de 41ºC, el centro termorregulador deja de funcionar. Todos hemos oído hablar de casos de animales que han sido olvidados en vehículos cerrados con resultados trágicos. La temperatura en espacios cerrados aumenta sin que el organismo sea capaz de eliminarla. Hay que tener precaución especial en lugares donde el sol está presente durante más tiempo o donde el calor ambiental es mayor. Es importante protegerse de los rayos solares directos y no dejar de hidratarse.
Hipotermia
Lo contrario de la hipertermia es la hipotermia. La hipotermia es un enfriamiento general del cuerpo por debajo de 35ºC. En estado de hipotermia, las funciones celulares se reducen. El sistema nervioso se ve rápidamente afectado y puede llevar a las personas en este estado a la toma indiscriminada y desafortunada de decisiones en situaciones críticas.
La temperatura inferior a 32ºC es peligrosa y puede ser mortal. Personas rescatadas de entornos fríos, como la “tundra helada”, coinciden en que en estado de enfriamiento se sentían muy apáticos e indiferentes. Sentían un fuerte deseo de dormir, incluso sabiendo que era peligroso.